La isla de Tabarca frente a la costa sur de España sigue siendo un dato privilegiado en la actualidad.

Los bancos una vez ofrecieron refugio a los piratas bereberes. En el siglo XVIII, Carlos III ordenó. de España para fortificar la isla y construir una aldea en ella, que iba a ser poblada por familias de pescadores genoveses que estaban cautivas en la ciudad tunecina de Tabarca. Las murallas que rodean el pueblo han sido declaradas conjunto arquitectónico histórico y bien cultural nacional.

Hoy en día, solo 70 habitantes viven allí en invierno y, en verano, los lugareños lo conocen principalmente como un destino de excursión.

A su alrededor no hay nada más que arena y bahías apartadas para bañarse, el contraste perfecto con el espectáculo de la Costa Blanca.

La isla es ideal para una excursión de un día. Es posible una travesía desde Alicante (aprox. 1 hora), Santa Pola (aprox. 20 min.) Y Benidorm (aprox. 75 min.).

Hay playas con aguas cristalinas, bahías apartadas, un museo y un puerto para explorar.

Tampoco debe perderse un paseo por el pequeño pueblo.

También hay una buena selección de restaurantes donde probar el plato tradicional de la isla, el caldero (guiso de pescado con arroz).

También hay opciones de alojamiento para los visitantes: ¡en caso de que pierda el último barco!